Pero con el corazón sí. Así que adiós y mucha suerte, Cris. Gracias por tu compañía y por tu participación, y por habernos hecho ayer una presentación tan sumamente útil, a todos los que no venimos de buena familia, sobre las finuras de las que puede uno impregnarse con un cursillo de protocolo.
Un abrazo y que Dios reparta suerte y cursos.
F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario