Me alegra decir, ahora que he ganado, que la justicia existe. Los de Endesa me llamaron tres días antes del juicio verbal para indicar que no deseaban comparecer y que así lo habían comunicado al Juzgado, remitiendo simultáneamente a éste la cantidad demandada en la reclamación, casi 105 €. Amigos, compañeros, ex esposas, esposas de mis mejores amigos... ¡he ganado! Ya nunca más volveré a hablar mal de los jueces del Tribunal Constitucional. Ni siquiera de Garzón o del anterior Ministro de Justicia, tan aficionados ambos, como el Caudillo, a cacerías y monterías. Ni siquiera de Rubalcaba, aficionado también él a la caza de pluma fina, faisán sobre todo. No. Hoy estoy en paz con el mundo. No quiero empañar la serenidad de mi espíritu con pensamientos negativos o con dudas improcedentes sobre si sería posible un mundo mejor. Ahora mismo, sé que vivo en el mejor de los mundos posibles. Y esto lo digo sin sustancias psicotrópicas ni refuerzos de ningún tipo.
Nunca retrocedáis, ni para coger impulso.
Felipe
martes, 2 de agosto de 2011
La penúltima
Parece que han pasado siglos no ya desde que comenzamos este curso, sino desde la última actualización en el blog. Y no ha sido tiempo perdido. La dinámica (y dinámicas) del curso nos han mantenido muy ocupados, adquiriendo una cantidad ingente de conocimientos y destrezas así "como quien no quiere la cosa", que es la mejor forma de aprender.
Ya estamos en la recta final, y siempre que uno llega a este punto, toca reflexionar y recapitular sobre todo lo ganado tras esta experiencia. Pero eso será en otra ocasión...
Ana
Ya estamos en la recta final, y siempre que uno llega a este punto, toca reflexionar y recapitular sobre todo lo ganado tras esta experiencia. Pero eso será en otra ocasión...
Ana
martes, 12 de julio de 2011
Exposiciones sobre el mercado laboral
Aunque ciertos datos de las exposiciones de los tres grupos se repitieron -inevitablemente, cabría pensar-, en general hubo suerte y las tres investigaciones marcharon por derroteros distintos. No hubo demasiada reiteración de contenidos, lo que se tradujo en una visión muy plural y completa del tema de referencia. Aprendimos mucho. Seremos unos parados, sí, pero los más documentados sobre la causa de nuestro problema. Viene a ser como la medicina en Cuba: tienes un médico capaz y un buen diagnóstico; lástima que vayas a morir porque no hay dinero para disponer también del fármaco salvador. En fin, los muertos más enterados del cementerio laboral. Que no es poco: hasta en el cementerio hay clases.
F.
F.
¡Cómo está el patio!
O eso es lo que se me ocurre pensar tras las interesantísimas presentaciones y trabajos en equipo de estos últimos días. El tema no podría ser más candente y controvertido: mercado laboral, formación y ¿futuro?. Por supuesto, han surgido numerosos debates y la tónica general no se podría definir como optimista. O quizás me equivoque porque: ¿acaso no somos un grupo de optimistas irredentos cuando pensamos que seguir formándonos sirve para labrarnos un futuro?
Ahí queda eso...
Ana
Ahí queda eso...
Ana
Mercado laboral y oportunidades
De lo que hemos expuesto entre todos, queda claro que, además de la suerte y el providencial padrino, lo único que ofrece la posibilidad de salir del actual marasmo laboral es la formación. Cuanta más, mejor. Hacemos este curso por tal motivo: añadir un plus decisivo al currículum. Parece que todos los estudios habidos y por haber nos dan la razón. La formación es el comodín que puede completar la escalera de color en esta cruenta partida de póquer contra la pobreza y la frustración. Juguemos pues, debidamente pertrechados y desasnados gracias a los desvelos de FORMEITOR QUEEN. Semo lo mejode.
F.
F.
viernes, 17 de junio de 2011
Supervivientes
Sólo quedamos 13 de los 15 que empezamos, y todos sabemos que al final sólo puede quedar uno. Coti y Cris se autonominaron precozmente, y los demás aguantamos a duras penas, viviendo día a día, camina o revienta, sabiendo que la semana que viene caerá uno más, o varios. Es ley de vida, y de muerte. No se puede negociar con Darwin: sólo el más adaptado sobrevive. La norma es sencilla e implacable. La única incertidumbre es si Nelly sobrevivirá junto con el último de nosotros, o también será devorada para que el último afronte la vida más vigoroso, con más reservas. No es un mundo justo ni poético; sólo cruel.
No somos nada, y conforme pasa el tiempo, menos. Pronto, polvo al polvo. Tal es nuestro triste sino.
F.
No somos nada, y conforme pasa el tiempo, menos. Pronto, polvo al polvo. Tal es nuestro triste sino.
F.
Cuenta cuanto cuento...
Nueva semana de sesiones interesantísimas y variadísimas. Creo que el cerebro no me permite procesar tanta información nueva en tan poco tiempo, pero por lo menos lo disfrutaré. Como prometí a mis compañeros, quiero compartir con vosotros/as uno de mis cuentos favoritos. Os pido que no interpreteis demasiado lo que puede indicar que a una niña le encante este cuento, no me deja quedar muy bien, jejeje.
Espero que lo disfruteis y me gustaría que compartieseis vuestras impresiones.
http://papalotero.bnjm.cu/autores/53/545/545.pdf
Ana
... que con el alma no puedo
Pero con el corazón sí. Así que adiós y mucha suerte, Cris. Gracias por tu compañía y por tu participación, y por habernos hecho ayer una presentación tan sumamente útil, a todos los que no venimos de buena familia, sobre las finuras de las que puede uno impregnarse con un cursillo de protocolo.
Un abrazo y que Dios reparta suerte y cursos.
F.
Un abrazo y que Dios reparta suerte y cursos.
F.
viernes, 10 de junio de 2011
Aprendiendo, que algo queda....
Semana intensa donde las haya. Hemos pasado de un ritmo lento pero seguro, preparando nuestros módulos para las sesiones didácticas que tenemos que presentar, a las sesiones en sí. Están siendo súper-mega-chachis que te cagas. El nivel de mis compis es buenísimo. Y eso es todo un lujo, porque hacía tiempo que no disfrutaba tanto asistiendo a clase. ¡Bravo, chic@s!
El periplo judicial por el monitor del ordenador, encarrilado
La pesadilla está cerca de concluir. El señor juez me ha citado para juicio verbal el día 20; es decir, bastante rápido. La cosa es que la empresa demandada no aparezca con una batería de abogados de alto standing, porque un servidor no lleva más que a su humilde persona -ay, si me oyera mi padre, monje franciscano de pro, tan atento siempre al pecado de soberbia- y la factura de la tienda de informática con una escueta nota sobre el posible origen de la avería. En fin, lo peor que puede pasar es que su señoría me niegue los 105 leuros que reclamo a la compañía eléctrica. No obstante, me fastidia. 105 leuros son dos noches de mambo apañadito, y una cifra ya de cierta entidad para un parado.
jueves, 9 de junio de 2011
Mis queridos compis:
Coti está aquí. Cerca gracias al blog y lejos gracias a la Xunta, al Fondo Social Europeo y la buena suerte que tuvo cuando llamó en el minuto justo.
Me gustaría comunicaros también que ayer me llamaron para impartir otro curso (evidentemente me resulta imposible hacerlo) lo que me anima mucho; y al contarlo espero que os anime también a vosotros, puesto que da muestra de que hay bastante salida en este campo (en ocasiones minado de cacas, también...)
Dicho esto, informo de que estoy bien y contenta, aunque el tiempo no acompaña. Me refiero al climático y al inexorable paso del mismo. Vamos, que me faltan horas... aún así, prometo que en cuanto aparezca un rayo de sol iré a la playa.
El grupo es encantador, al menos de momento. En ese sentido estoy francamente contenta.
ah! y aprobé mi examen de inglés (BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN)
Besos y abrazos para todos, y ponedme a los pies de la profesora...
Me gustaría comunicaros también que ayer me llamaron para impartir otro curso (evidentemente me resulta imposible hacerlo) lo que me anima mucho; y al contarlo espero que os anime también a vosotros, puesto que da muestra de que hay bastante salida en este campo (en ocasiones minado de cacas, también...)
Dicho esto, informo de que estoy bien y contenta, aunque el tiempo no acompaña. Me refiero al climático y al inexorable paso del mismo. Vamos, que me faltan horas... aún así, prometo que en cuanto aparezca un rayo de sol iré a la playa.
El grupo es encantador, al menos de momento. En ese sentido estoy francamente contenta.
ah! y aprobé mi examen de inglés (BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN)
Besos y abrazos para todos, y ponedme a los pies de la profesora...
viernes, 20 de mayo de 2011
Valor!
Semana atípica desde el lunes, víspera de letras galegas, hasta hoy.
Todos hemos superado los cinco minutos fatídicos de hablar en público asumiendo el rol docentes, no sin sufrir los pensamientos clásicos:"creo que necesito ir al baño" "tengo la boca seca" "me tiembla la voz/ la manos/ las rodillas" "me suda la frente/ las manos/el bigote/el nacimiento del pelo en la nuca/otras partes del cuerpo"
Ahora ya nos sentimos más que preparados para impartir una sesión de docencia de dos horas y media (ay ay ay! ) en la que añadiremos impresiones como: "creo que me ha bajado la tensión y voy a desplomarme", "estoy sufriendo un accidente cerebral", " tengo visión borrosa y muchas ganas de salir corriendo" "¿qué pasa si preparo una sesión de dos horas y acabo la materia a los 15 minutos?"
Solo me queda decir, parafraseando al monitor de Las vacaciones del pequeño Nicolás: VALOR!, señores, VALOR!
En la imagen: el pequeño Nicolás echándole valor...
Os saluda desde el pupitre de al lado,
Coti.
El pinrel al servicio de la reclamación administrativa
La noche del sábado al domingo, 7 a 8 de mayo, hubo una fuerte tormenta que provocó varias caídas de tensión. Yo había dejado el ordenador en suspensión al salir de casa por la tarde. Al volver, el ordenador no reconocía el monitor. Durante un día y medio intenté todas las combinaciones posibles de arranque de ordenador y monitor, sin éxito. La pantalla seguía en negro azabache, indicando únicamente que no había señal de entrada.
El martes, agotado, llevé el equipo a una tienda de informática. Me dijeron que al ordenador y al monitor no les pasaba nada. Corrí raudo a recogerlo. La CPU estaba conectada a otro monitor y funcionaba como siempre. El monitor estaba conectado a otra CPU, y se veía de maravilla. Iba a pagar la escasa mano de obra e irme encantado cuando les dije que los conectaran entre sí como estaban en mi casa. Lo hicieron. Nuevamente, la CPU no reconocía el monitor. Los dos propietarios de la tienda dijeron que nunca habían visto algo parecido. No sabían qué sucedía. Explicaron que lo único que se les ocurría para resolver el problema era cambiar la placa base o cambiar el monitor. La primera opción tenía la ventaja de que, por más o menos el mismo precio, en vez de quedarte con dos monitores, uno de ellos superfluo, dispondrías de una CPU con mayor potencia. Bien. Cambiemos la placa base. Me pidieron que fuera a recoger el equipo el sábado por la mañana, casi una semana después del problema. Así lo hice, contento de terminar con el problema de una vez. Iluso de mí. Al presentarme en la tienda me dicen que, con la nueva placa base instalada, el problema persiste, exactamente igual: el monitor no funciona. Remedio: desmontar la placa base, montar de nuevo la antigua y cambiar el monitor. Bien, pues lo hacéis ya. Lo hacen. Montan un monitor Packard Bell nuevo que funciona, pero más pequeño y más incómodo que el Emerson que tenía. Con la mano de obra, son 105 euritos de nada la broma.
Me digo, cabreado, que no es culpa mía, y que voy a intentar recuperar todo o parte del coste del arreglo. El lunes digo a Nelly que deseo ir a la oficina municipal de consumo (OMIC), sita en la Plaza Vella, y, si se alarga el procedimiento de reclamación, llegar tarde al curso después de la pausa. Vaya por Dios, hombre. Resulta que ese día todo el mundo en la OMIC ha hecho puente con el Día das Letras Galegas. No me desanimo. El viernes vuelvo al ataque. Informo a Nelly de la nueva excursión a la OMIC. Vaya por Dios otra vez: esta vez se celebra el día de Santa Rita, y cierran a partir de las 12.00. Justo ese día hacemos la pausa en el curso unos minutos más tarde de lo habitual; suficiente para encontrarme la puerta de la OMIC cerrada a cal y canto. Con todo, un cartel pegado en la puerta me informa, providencialmente, que las reclamaciones relacionadas con averías eléctricas deben gestionarse en Coruña, en la Consellería de Industria de Monelos, o si se desea en la delegación de la Xunta situada en la Plaza de España. Hurra. Me pilla de camino de vuelta al curso. Paso por el edificio de la Xunta. Me dirijo al primer piso. Allí me dicen que es en el séptimo. Consultando frecuentemente el reloj, espero 5 minutos por el ascensor; llego al fin al séptimo. La funcionaria me indica que tengo dos opciones: el seguro individual de vivienda, que recoge este tipo de averías, o vía judicial, presentando denuncia por "perjuicios por valor inferior a 900 euros". Me pregunto si en mi casa tenemos seguro individual de vivienda o únicamente el seguro colectivo de la comunidad de vecinos. Tengo que preguntar a mi padre. En breve actualizaré la entrada con los nuevos acontecimientos de este fascinante culebrón. Intuyo, no, lo sé, sé que esto no ha hecho más que empezar...
Felipe
El martes, agotado, llevé el equipo a una tienda de informática. Me dijeron que al ordenador y al monitor no les pasaba nada. Corrí raudo a recogerlo. La CPU estaba conectada a otro monitor y funcionaba como siempre. El monitor estaba conectado a otra CPU, y se veía de maravilla. Iba a pagar la escasa mano de obra e irme encantado cuando les dije que los conectaran entre sí como estaban en mi casa. Lo hicieron. Nuevamente, la CPU no reconocía el monitor. Los dos propietarios de la tienda dijeron que nunca habían visto algo parecido. No sabían qué sucedía. Explicaron que lo único que se les ocurría para resolver el problema era cambiar la placa base o cambiar el monitor. La primera opción tenía la ventaja de que, por más o menos el mismo precio, en vez de quedarte con dos monitores, uno de ellos superfluo, dispondrías de una CPU con mayor potencia. Bien. Cambiemos la placa base. Me pidieron que fuera a recoger el equipo el sábado por la mañana, casi una semana después del problema. Así lo hice, contento de terminar con el problema de una vez. Iluso de mí. Al presentarme en la tienda me dicen que, con la nueva placa base instalada, el problema persiste, exactamente igual: el monitor no funciona. Remedio: desmontar la placa base, montar de nuevo la antigua y cambiar el monitor. Bien, pues lo hacéis ya. Lo hacen. Montan un monitor Packard Bell nuevo que funciona, pero más pequeño y más incómodo que el Emerson que tenía. Con la mano de obra, son 105 euritos de nada la broma.
Me digo, cabreado, que no es culpa mía, y que voy a intentar recuperar todo o parte del coste del arreglo. El lunes digo a Nelly que deseo ir a la oficina municipal de consumo (OMIC), sita en la Plaza Vella, y, si se alarga el procedimiento de reclamación, llegar tarde al curso después de la pausa. Vaya por Dios, hombre. Resulta que ese día todo el mundo en la OMIC ha hecho puente con el Día das Letras Galegas. No me desanimo. El viernes vuelvo al ataque. Informo a Nelly de la nueva excursión a la OMIC. Vaya por Dios otra vez: esta vez se celebra el día de Santa Rita, y cierran a partir de las 12.00. Justo ese día hacemos la pausa en el curso unos minutos más tarde de lo habitual; suficiente para encontrarme la puerta de la OMIC cerrada a cal y canto. Con todo, un cartel pegado en la puerta me informa, providencialmente, que las reclamaciones relacionadas con averías eléctricas deben gestionarse en Coruña, en la Consellería de Industria de Monelos, o si se desea en la delegación de la Xunta situada en la Plaza de España. Hurra. Me pilla de camino de vuelta al curso. Paso por el edificio de la Xunta. Me dirijo al primer piso. Allí me dicen que es en el séptimo. Consultando frecuentemente el reloj, espero 5 minutos por el ascensor; llego al fin al séptimo. La funcionaria me indica que tengo dos opciones: el seguro individual de vivienda, que recoge este tipo de averías, o vía judicial, presentando denuncia por "perjuicios por valor inferior a 900 euros". Me pregunto si en mi casa tenemos seguro individual de vivienda o únicamente el seguro colectivo de la comunidad de vecinos. Tengo que preguntar a mi padre. En breve actualizaré la entrada con los nuevos acontecimientos de este fascinante culebrón. Intuyo, no, lo sé, sé que esto no ha hecho más que empezar...
Felipe
Señoras y Señores...
Otras prueba realizada, con mejor o peor fortuna, en nuestra carrera como formadores. Y una de las que yo considero "duras": enfrentarse al público. Sé que muchos pensareis que "sólo" fueron 5 minutejos de nada, pero resulta sorprendente lo que pueden dar de sí en una situación de tensión. Lo mejor de todo es que la experiencia me ha servido para autoevaluarme (aunque siempre viene bien conocer la perspectiva de los demás) y que, a día de hoy, ninguno de los participantes parece haber sufrido secuelas importantes tras la experiencia. La duda que me surge ahora es: ¿será cierto eso de que los primeros 5 minutos son los peores? ¿qué pensáis?
Ana
Ana
lunes, 16 de mayo de 2011
Los nuevos retos
¡Allá voy! Esta especie de "grito de guerra" es la forma de automotivarme ante cada nuevo reto, una forma de evitar la parálisis que nos suele producir el miedo ante lo desconocido. Claro que no siempre necesitamos ayudas internas o externas para buscar nuevas sensaciones, a veces lo que necesitamos es que nos frenen, como les pasa a los "sensation seekers", o sea, los practicantes de deportes de riesgo, etc. No es de extrañar que algunas personas se enganchen a esa sensación de comerse el mundo, de poder con todo (¡ojo!, no estoy hablando de usar sustancias para conseguirlo, que ese tema daría para otra entrada...). Para todos los demás, ahí va mi pequeña aportación motivadora en forma de video.
Hoy no es lunes.
Aprovecho esta primera primera publicación para saludaros, y deciros que hoy es lunes sólo porque lo dice el calendario. A efectos prácticos es viernes, y eso debe ser motivo de alegría y satisfacción (me pongo monárquica).
La maldad en los niños
El primero en introducir la maldad infantil en la literatura de Occidente fue Henry James, en la novela corta -al menos para la extensión habitual de las obras más señeras de James- "The turn of the screw", traducida al español como "Otra vuelta de tuerca". Hoy, cuando el suspense aderezado con toneladas de gore -la presentación estereotipada actual de la maldad- de niños y adolescentes constituye un género cinematográfico en sí mismo, y el de mayor interés para los contables de las productoras y los propietarios de los cines, la visión sencilla de James nos parece muy "naif". Los niños son capaces de fabricar más, mucha más maldad.
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